MITOS Y REALIDADES DE LA INICIATIVA DE REFORMA ENERGETICA
Todo el mes de Octubre hemos estado leyendo y escuchando todo tipo de análisis y opiniones en torno a la iniciativa de reforma en materia energética enviada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador: que sí su posible aprobación significaría un retroceso, que su propósito es recuperar la rectoría del estado en dicha materia, que con eso los mexicanos pagaremos menos cantidad de dinero por concepto de luz, que no va a pasar y que su único propósito es desarticular al bloque opositor. Y bueno, lo que dice la iniciativa, a la letra, es que busca “restablecer un sistema eléctrico comprometido con el pueblo que asegure el abastecimiento confiable de energía eléctrica a los más bajos precios”, lo cual es un objetivo loable, pero contrario a lo que realmente se puede leer en la iniciativa misma.
Antes de hablar en sí de los mitos y realidades es importante que retrocedamos en el tiempo para entender la historia de la generación de energía –quien no conoce su historia está condenado a repetirla-. En el año de 1937 sólo el 38 % de la población mexicana tenía acceso a la electricidad debido a que la distribución de la misma era muy desigual porque para las grandes empresas sólo era negocio llevar electricidad a las grandes ciudades, lo que ocasionó que las zonas rurales se fueron rezagando, razón por la cual el 14 de agosto del citado año el gobierno mexicano fundara la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a efecto de que ésta organizara y controlara la producción, transmisión y distribución de la energía sin fines de lucro.
Al paso del tiempo, a pesar de la creación de la CFE, la mayoría de la población continuaba sin acceso a la electricidad y dentro del sector privado seguían siendo muy pocas empresas las que controlaban el mercado, por lo que en 1960 el Presidente Adolfo López Mateos anunció la reforma al artículo 27 constitucional, a fin de que no se otorgaran concesiones a particulares para la prestación del servicio público de energía eléctrica, en pocas palabras decretó la nacionalización de la industria eléctrica.
No obstante, al transcurrir de los años se dieron cuenta de que la CFE no tenía la capacidad de generar toda la electricidad que el país necesitaba, así que se autorizaron dos excepciones para la dicha generación:
1. Las empresas privadas podían generar electricidad para vendérsela a la CFE para que ésta la usara y distribuyera.
2. Las empresas su propia energía bajo ciertas condiciones (el famoso auto-abasto). El auto-abasto surgió como un mecanismo para hacer más competitivas a las empresas en torno a la celebración del TLCAN; con el auto-abasto, las empresas invirtieron 16 mil millones de dólares (datos de la CRE) y generan el 12% de electricidad del país, aunado a que la mitad de su generación es con energías limpias, solar y eólica.
De cancelarse los contratos de auto-abasto, la industria en México pagará un sobrecosto energético de hasta 42%, lo que será un gran golpe para la competitividad del país
Esas reglas del juego permanecieron hasta el sexenio de Enrique Peña Nieto, administración en la cual se aprobó el denominado “Pacto por México”, paquete de reformas en la cual se incluía una reforma energética, la cual permitió que la iniciativa privada participara en el mercado de dos maneras:
1. Podrían vender la electricidad que generaran directamente a fábricas o grandes comercios
2. Podían entrar a la competencia con la CFE para generar la electricidad que el país necesita para llegar a los faros de las calles, casas o a la tienda, aunque en todo caso sería la CFE quien la transportaría.
Asimismo, se estableció que se respetarían los acuerdos de auto-abasto que se habían dado antes para aquellas empresas que ya generaban su propia electricidad. Así ha funcionado durante los últimos 8 años hasta ahora que el gobierno pretende impulsar esta iniciativa.
¿En qué consiste? Primeramente, en darle la CFE el control total de la industria, incluida la regulación, segundo limitar la participación de privados y tercero quitarles a las empresas ciertos derechos y contratos que tenían desde antes de las reformas del pacto con México.
¿Qué pasa si se desaparecen los árbitros del sector energético? De desaparecer la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) no se generaría ahorros, sino se estaría sacando del juego a quienes son los encargados de supervisar que a los consumidores finales les llegue energía barata, de manera eficiente y limpia.
¿Cuál será el papel que desempeñará la CFE de aprobarse esta iniciativa de reforma? La iniciativa busca eliminar la competencia dentro de la generación y venta/consumo de energía e y hacer que la CFE sea quien tenga el único poder a lo largo de toda la cadena de valor. Ósea, la CFE podrá determinar quién surte primero al sector eléctrico – si ella misma o una empresa privada más eficiente -, el precio de la energía – que será más costosa si no se produce a menores costos -, las tarifas de trasmisión – que deberán pagarse por la propia CFE – y cuánto les costará a los usuarios finales la unidad de electricidad.
Actualmente para definir a quién se le compra la electricidad que llega a nuestras casas y calles lo que el gobierno hace a través del CENACE es una especie de lista en la que mete tantas empresas privadas de energía solar, eólica o de gas y también a todas las plantas de la CFE, donde las ordena según sus costos de producción.
Para entenderlo mejor imaginemos que hay un terremoto y es de noche: de un instante a otro todas las casas del país que tenían la luz apagada se prenden porque la gente se despierta, en ese momento el CENACE automáticamente revisa a todos los generadores de electricidad que hay en el país y le da entrada primero al de menor costo de producción y supongamos que éste es uno de energía eólica y que puede surtir aproximadamente un 10% de la electricidad que se necesita. Este generador probable pagó mucho por la instalación de sus equipos, pero el costo diario de producción es muy bajo y es por eso lo que se toma en cuenta para definir quién va primero en la lista. Después se le da entrada al siguiente y así se va dando cabida uno a uno hasta que se surte toda la electricidad que se necesita en el país ese momento y quedan fuera lo de los costos más altos que gastan mucho en combustibles y son poco eficientes.
Al final, a todos los que vendieron durante esos segundos se les paga la electricidad al costo del último que logró entrar, es decir, al más caro de los que si vendieron, situación que los legisladores de morena critican fuertemente, no obstante, así funciona el mercado de electricidad en TODO el mundo, no es algo exclusivo de México. Este modelo ha servido para que las empresas tengan incentivos para apostarle a proyectos que requieren una fuerte inversión inicial pero que generan energía barata a largo plazo, ya que bajar sus costos de producción les permite ponerse hasta el inicio de la lista y asegurar que van a vender siempre, además de aumentar sus ganancias.
Por otro lado, precisamente porque todos los competidores están intentando bajar sus costos para ponerse al principio de esa lista el precio que se paga paulatinamente va bajando pues es una competencia constante, aunado a que con ese modelo se ha ido generando energía más limpia pues hoy es más barato.
¿Generará la CFE la energía que necesitamos? Para producir suficiente energía a bajos costos, se necesita ampliar la capacidad de generación y reducir los costos de transmisión y distribución de electricidad. La iniciativa de reforma propone que la CFE aporte 54% de la generación, cuando A PENAS PRODUCE EL 44% DE LO QUE ES GENERERA Y LO HACE EN PLANTAS CONTAMINANTES, CON TECNOLOGÍA ANTICUADA Y SIN MANTENIMIENTO.
¿La energía será más barata? No, pues para que la energía sea más barata tiene que producirse con suficiencia y a bajos costos. Si la electricidad que consumimos tiene que subsidiarse para ser barata, entonces no lo es y el gobierno usa dinero público para pagar un pedazo del costo de nuestro consumo.
¿Se dejaría de invertir en energía limpia de aprobarse dicha reforma? No necesariamente, la iniciativa en sí planeta la recuperación de una planta hidroeléctrica y una fotovoltaica del estado de Sonora. No obstante, para hacerlo se necesitan recursos y hoy en día el gobierno solamente destina 2.4% del PIB a ese fin, siendo que debería de estar invirtiendo tres veces más.
Aprobar esta iniciativa requerirá una fuerte negociación por parte de MORENA con los legisladores de partido de oposición, pues los votos no le alcanzan. Esperemos que todos los legisladores tengan en cuenta que cambiar las reglas del juego en un mercado que ha sido recientemente abierto puede resultarle contraproducente.
Stephany Acuña